17.2.07

No omitiré que era yo tan pobre entonces, que no tenía más cama que las resmas de papel: un lecho de algodón.
Lucio V. Mansilla.

P.D: y, agrego, soñaba con mujeres de Bes y Os prominentes que me acariciaban a través de sus Aes, susurrándome al oído que yo era el mejor autor que alguna vez las hubiese inventado.

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