28.11.08

Él había destruido su talento al no utilizarlo, traicionándose a sí mismo y a lo que creía, bebiendo hasta el punto de embotar la agudeza de sus percepciones, por indolencia, por pereza, y por esnobismo, y por orgullo y por prejuicio, por una cosa o por otra. ¿Qué era eso? ¿Un catálogo de libros antiguos? ¿Qué era su talento, de todos modos? Tenía cierto talento, desde luego, pero en lugar de utilizarlo había comerciado con él. Nunca se trataba de lo que había hecho, sino de lo que podía hacer.
Ernest Hemingway

P.D: ah, sí, sí, sí, eso de soñar la gran obra que un día terminaremos y que los maravillará a todos pero que, dado el creciente costo de vida o mi última pelea marital, no podemos continuar porque no estamos en tono, en ligue, o en la frecuencia correcta. Dejamos pasar el tiempo sin escribir ni mú pero aprovechamos cada instante para comentar esa gran nada que nunca será.

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