La intención de la psicología, me recordaron, era reducir el sufrimiento, aumentar la producción, relacionar al individuo con la sociedad, y ayudarle a verse y aceptarse a sí mismo. No alterar en la medida de lo posible sus hábitos, valores e intereses, sino verlos como son en realidad e intentar aceptarlos.
Siempre me había parecido que ésa era una meta obvia y adecuada para la terapia, tras haber sido analizado "con éxito" y después de haber vivido con moderada felicidad y con moderado éxito con una mujer moderada y una familia moderada durante siete años, un buen día descubrí de pronto, cerca de mi treinta y dos cumpleaños, que quería matarme. Y matar de paso a unos cuantos más.
Luke Rhinehart.

P.D: Al leer por segunda vez el hombre de los dados, me di cuenta de que la fatiga social no es inherente al individuo sino a la sociedad. Una convicción que, creo yo, me aleja de la silla eléctrica y me arrima a la cadena perpetua.