17.1.12

Sentado sobre la estribación granítico de una montaña desconocida, oía los pensamientos de hombres que se movían en edificios situados en colinas lejanas, miles de metros abajo y cientos de kilómetros adelante. No sabía cómo distinguir entre las voces y estaba aturdido por cien distintos lugares y posiciones; escuchaba como un niño, sin discriminación. Todo el que nacía con ojos y oídos debía aprender a ver y a escuchar, a elegir un aspecto o un elemento de entre la complejidad del mundo, a seleccionar significados de entre un tumulto de ruidos.
Ursula Leguin.

P.D: A muchos no les interesa escuchar a los otros, y menos aún si son "el enemigo". Capaz que la respuesta está en escuchar como un niño, sin discriminación.

No hay comentarios.: