30.1.13

La realidad no me entusiasma, pero sigue siendo el único lugar donde se come decentemente.
Groucho Marx.

P.D: si uno pudiese comer los propios sueños sería tan feliz. A veces, para alcanzar cierto grado de felicidad, hay que alimentarlos (a los sueños) y bancarse los gruñidos del estómago.

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