30.1.13

Los contables que pasaban diez horas diarias recopiando cifras me parecían víctimas sacrificadas en el altar de una divinidad carente de grandeza y misterios. Y lo peor es pensar que a escala mundial estos son privilegiados.
Amelie Nothomb.

P.D: uno entiende que es un raro privilegio el estar empleado. Y digo raro por no decir cagada o maldición.

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